martes, 28 de diciembre de 2010

EL BUEN ÉXITO





“Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey” Nehemías 1:11


Este texto es el único registro bíblico de una oración pidiéndole a Dios éxito, pero no solo éxito, sino “buen éxito”, pero debemos de observar que primero Nehemias expuso sus motivaciones ante DIOS para luego si pedirle su éxito personal. Esto nos demuestra que el SEÑOR no tiene problema en concederte "buen éxito" si tus motivaciones son las correctas.

Por lo tanto podemos decir que si existe el “buen éxito” por consecuencia existe el “mal éxito”.




¿Pero qué cosas son las que diferencian el “buen éxito” del mal éxito?


En primer lugar debemos de entender que en cualquiera de los casos el éxito es el resultado de una suma de acciones en la vida de una persona, el éxito llega como una consecuencia de determinadas acciones en nuestras vidas.

Por consecuencia podemos decir que el éxito es la cosecha, de lo que hemos sembrado con nuestras acciones y decisiones en nuestra vida, esto quiere decir que de acuerdo a nuestra siembra será nuestra cosecha.



“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne
segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida
eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo
segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad,
hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. Gálatas 6: 7 al 10



De acuerdo a nuestra siembra será nuestro éxito, si sembramos para el Espíritu, tendremos BUEN EXITO pero si sembramos para carne, obtendremos un éxito carnal.


Cada uno de nosotros comenzamos a sembrar cada mañana cuando nos despertamos. En nuestras mentes sembramos pensamientos positivos o negativos, buenos o malos. En nuestras acciones (actitudes y hábitos durante el día) sembramos para la carne o para el espíritu.



Vamos a cosechar siempre lo que hemos sembrado. Esta ley es absolutamente inalterable, e influye tanto en la cantidad como en la naturaleza de la cosecha que recibimos en la vida cuando vamos tras las metas de DIOS.



SEMBRANDO PARA LA CARNE

Las semillas sembradas en la carne pueden resultar en una cosecha de fracasos, nada bueno puede venir de lo que sembramos en la carne.

La persona que siembra en la carne no disfruta la vida. Siempre lo atormentan sensaciones de culpa, vergüenza, frustración, desilusión, y un sentimiento de insatisfacción.

Todos teníamos una naturaleza pecaminosa hasta que aceptamos a Jesucristo, a partir de ese momento el Espíritu Santo mora en nosotros y cambia nuestra naturaleza pecaminosa y le entrega una nueva que es “del Espíritu”. Esto trae a nuestras vidas un nuevo nacimiento en el espíritu.

Aunque tu naturaleza espiritual ha cambiado, DIOS no transforma tu cuerpo físico. Aún vives en un cuerpo carnal, con sus cinco sentidos y toda tu carnalidad; por consiguiente hay en nuestras vidas la capacidad de pecar y ejercitar la voluntad para satisfacer los deseos de la carne.

Cuando permites que la carne, es decir tus impulsos humanos y naturales, dominen tu vida, estas sembrando en la carne

Sembrar para la carne no significa solamente a pecados del tipo sexuales, sino que además también se refiere a lo que pensamos (ODIO – CELOS – EGOISMO – ENVIDIA) y además al modo en que nos relacionamos con los demás (DISENSIONES – CONTIENDAS – IRA)


SEMBRANDO PARA EL ESPÍRITU

Solamente la persona que siembra para el Espíritu tiene una verdadera capacidad de experimentar la vida al máximo y con plenitud, porque…


La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella. Pro
10:22



¿Cómo hacemos para sembrar en el Espíritu?



■Primero: somete el control total de tu vida al Espíritu Santo


“si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” Gálatas 5:25



Es necesario caminar todos los días en Espíritu



■Segundo: Tenes que estar atento y valorar los frutos que el Espíritu Santo
Tu deseo debe ser manifestar los frutos del espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio.



■Tercero: Tenes que elegir intencionalmente en que vas a pensar



“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él…” Prov23:7

Tenemos que pensar en todo lo bueno


“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo: amable, todo lo que es de buen nombre; si hay
virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Filipenses 4:8


Que semillas elegirás?

Que sembrarás en tu vida para el próximo año?

Porque de acuerdo a como sea tu siembra será tu éxito.


Pastor Raúl Cuadro

Iglesia "Puerta de Paz"

Pringles 2172 - Ituzaingo

Buenos Aires - Argentina