miércoles, 16 de septiembre de 2009

LO BUENO ES EL PEOR ENEMIGO DE LO EXCELENTE


La Biblia nos cuenta en el capítulo 11 del libro de Génesis, en el denominado periodo post diluviano, desoyendo lo que Dios les había hablado acerca de llenad la tierra, los descendientes de Noé hicieron todo lo contrario. Llegaron a una llanura en la tierra de Sinar y se establecieron allí y dieron comienzo a la utilización de un recurso tecnológico en la arquitectura que atravesaría los tiempos y que llegaría a la actualidad, ese recurso era el ladrillo cocido a fuego. Hasta ese momento la construcción se llevaba a cabo con piedras pero al encontrarse en una zona mesopotámica, es decir rodeada de ríos, el conseguir piedras para la construcción resultaba costoso en todos los aspectos. Ellos quedaron tan maravillados con su “descubrimiento” de este nuevo recurso para la construcción, que deciden comenzar a construir una ciudad y una torre que llegara hasta el cielo.


Por consecuencia de este accionar Jehová decide descender para ver la situación y dice la Biblia, que El dice “Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.” Por lo tanto Dios interviene en su realidad trayéndole una confusión en su idioma, para que vuelvan a su propósito original en Dios de ser nómades y llenar toda la tierra.


De la misma manera en ciertas oportunidades llegamos a actuar igual que los descendientes de Noé, alcanzamos algo bueno para nuestras vidas, como los ladrillos cocidos de barro, y eso bueno que obtenemos nos hace abandonar el verdadero propósito de Dios para nosotros y de igual forma como hizo Dios en la antigüedad tiene que intervenir en nuestra vida, porque de la misma manera que sucedió con ellos entramos en obstinación, y EL Señor vuelve a decir “… nada les hará desistir”.


Es hora que abandones los “ladrillos cocidos de barro”, es hora que abandones lo bueno, porque mientras sigas detenido en lo bueno te dispersaras de tu propósito, tarde o temprano comenzaras a construir tu torre de Babel, lo bueno no es tu destino final, tu destino es lo excelente de Dios para ti. El Señor intervino para que volvieran a ser nómades y abandonaran “lo bueno” de establecerse en una ciudad, porque cuando te quedas con solo lo bueno estas limitado, pero cuando salís a poseer la tierra que Dios te mando entras en lo ilimitado de Dios.
HASTA LA PROXIMA VICTORIA!!!