sábado, 27 de marzo de 2010

ZANAHORIAS, HUEVOS Y CAFÉ.

Había una vez una hija que a menudo se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles.
No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar.
Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café.

Las dejó hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó la zanahorias y las puso en un tazón. Sacó los huevos y los puso en otro tazón. Sacó el café y lo puso en un tercer tazón.

Mirando a su hija le dijo: "Querida ¿qué ves?”
"Zanahorias huevos y café"- fue su respuesta.

Entonces la hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.

Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera... Luego de sacarle la cáscara observó que estaba duro.

Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.

Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, papá?"

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.

La zanahoria llegó al agua, fuerte, dura... pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.

El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido...

Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua.

"¿Cuál eres tú?", le preguntó a su hija.
Cuando la adversidad llama a tu puerta ¿cómo respondes?

¿Y cómo eres tú?

¿Eres una zanahoria, que parece fuerte, pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?

¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable?
¿Poseías un espíritu fluido, pero después de un hecho traumático, una desilusión, una separación o haber sido defraudado te has vuelto duro y rígido?
¿Por fuera te ves igual, pero eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?.....

¿O eres como un grano de café?
El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.

REFLEXION:
No te sorprendas de pasar por situaciones contradictorias a tu fe, porque forman parte del plan de Dios para tu vida.

“Queridos hermanos, no se extrañen de verse sometidos al fuego de la prueba,
como si fuera algo extraordinario.” 1ra. Pedro 4:12

Nunca olvides que tú no eres uno más en esta tierra:

“Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo” Juan 7:16

Tú tienes características únicas y especiales para ser utilizadas en el propósito de Dios, para cambiar ambientes:

“Ustedes son la luz del mundo…” Mateo 5:14

Si esas características únicas y especiales que Dios ha puesto en tu vida no funcionaran, entonces perdería sentido tu vida:

“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de ser sal, ¿cómo podrá
ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada…” Mateo 5:13

Ten en cuenta que el Señor tiene preparadas cosas especiales y únicas para tu vida:

"Para aquellos que lo aman, Dios ha preparado cosas que nadie jamás pudo ver, ni
escuchar ni imaginar". 1ra. Corintios 2:9

Recuerda si eres como el grano de café, cuando hierva el agua de tu circunstancias, tú reaccionaras de la manera correcta y harás que las cosas a tu alrededor sean transformadas!

HASTA LA PROXIMA VICTORIA!!!

Pastor Raúl Cuadro